Dulces típicos de Siracusa: un viaje goloso entre historia y tradición
La pastelería siracusana es un arte estratificado, un relato dulce que entrelaza las dominaciones y las culturas que han moldeado Sicilia. No se trata solo de recetas, sino de rituales que marcan las festividades y la vida cotidiana. Desde la ricota de los griegos hasta la miel y los cítricos de los árabes, pasando por el chocolate de los españoles, cada dulce es una página de historia para saborear.
La granita: el rito del desayuno veraniego
En Siracusa la granita es un asunto serio, un sorbete cremoso y aterciopelado. Los sabores clásicos que no te puedes perder son limón, con la acidez fragante del Limón de Siracusa IGP; almendra, dulce y lechosa, a menudo "manchada" con una gota de café; y moras negras, un sabor intenso y salvaje. Se debe disfrutar rigurosamente con la "brioscia col tuppo", un brioche muy suave cuyo "tuppo" (moño) es perfecto para mojar. Es el desayuno de los campeones durante las calurosas mañanas de verano.
El cannolo: el emblema de la sicilianidad
El secreto de un cannolo perfecto reside en el sagrado contraste entre la corteza crujiente y la crema aterciopelada. La corteza, o "scorcia", es una oblea frita en manteca de cerdo, crujiente y cubierta de burbujas. La crema se basa en ricota de oveja muy fresca, tamizada pacientemente con azúcar, y enriquecida con gotas de chocolate negro. La regla de oro es el relleno al momento: un verdadero cannolo se rellena al momento de pedirlo para preservar su fragancia. Desconfía de los que ya están listos en el escaparate.
La cassata siracusana: elegancia y sencillez
Olvida la ostentosa cassata de Palermo. La versión siracusana es más sobria, un retorno a la esencia. Se presenta como una tarta a base de un suave bizcocho, bañado en un almíbar ligero (a menudo con marrasquino), que encierra un generoso corazón de crema de ricota y gotas de chocolate. Todo se cubre simplemente con un espolvoreado de azúcar glas. Es un dulce que celebra la sublime calidad de los ingredientes sin necesidad de adornos.
La pastelería de almendras: una herencia árabe
La almendra es la reina indiscutible. La Frutta Martorana, a base de mazapán, es una obra maestra de la mímesis: dulces modelados y pintados a mano para parecerse a frutas y verduras. Las pastas de almendra, o "biscotti ricci", son en cambio pastelitos suaves con un corazón húmedo, una explosión de sabor a almendra. Finalmente, los ‘Nzuddi son galletas secas y crujientes, enriquecidas con almendras enteras y miel, típicas de la fiesta de Todos los Santos, perfectas para mojar en un vino de postre.